sábado, 31 de diciembre de 2016

DUO Rough Trail Aomasa - 148F, 38gr - Estilo tropical para aguas Mediterráneas


Hace ya casi dos años, de la compra de la primera unidad de este paseante para Heavy Spinning, pero no ha sido hasta esta temporada, cuando le he empezado a sacar todo el jugo. Ahora tengo dos unidades, por fin les he dado horas y he visto de lo que es capaz.

Este paseante, está concebido para la pesca de grandes depredadores. Los más habituales pescando desde orilla en la costa Mediterránea, serán: el Palometón, el Tallahams y con suerte, alguna Lubina XXL. En barca la cosa cambia, pues en el Mediterráneo, se han capturado Bacoretas y Atunes de gran tamaño entre otros. En el trópico, ni los GT's, ni los Peces Vela le hacen ascos, por poner algún ejemplo.

Este señuelo, me recuerda mucho a los grandes Stick Baits que se usan en aguas tropicales. No es habitual encontrar señuelos con estas características, tanto de forma, como de construcción, para ser lanzados con una caña destinada a los depredadores Mediterráneos, con acciones de hasta 50 o 60 gramos. Este señuelo se deja notar en el lance, ya que tiene bastante volumen y con anzuelos pasa de los 40gr. Con una caña de más acción, se puede exprimir más en el lance, aunque con una de las que os he dicho, ya se puede usar, sin hacer un lance violento y acompañando al señuelo. Eso sí, deberá ser de acción de punta, para poder moverlo con soltura una vez en el agua.


El señuelo esta construido a prueba de bombas. Posee un alma de acero que recorre todo el cuerpo y una construcción interna, ultra resistente a los impactos. A diferencia de la mayoría de señuelos, que son huecos en su mayor parte, como si de un cascarón de huevo se tratara, el Rough Trail Aomasa tiene el espacio interior del señuelo, dividido en pequeñas celdas individuales, que reparten la presión a través de todas las paredes internas. Si ojeáis la carta de colores, veréis el modelo en color transparente, en él, se puede apreciar perfectamente.

La gama de colores, es muy parecida a la habitual de todos los DUO de estos últimos años. Personalmente me encantan casi todos, como en el Tide Minnow 200, del que tengo casi toda la gama. A parte de los típicos colores, hay una gama de colores realistas, de los cuales me enamoró el color Mullet ND, que imita fielmente a la presa habitual de nuestros depredadores costeros, la Lisa. Como es costumbre en la marca DUO, los acabados son impecables.


En los señuelos de superficie, no importa tanto el color como la acción. Es aquí donde el Aomasa tiene uno de sus puntos fuertes. El movimiento es espectacular, ofreciendo un walking the dog muy rápido y eléctrico a alta velocidad, mientras va salpicando y cortando el agua con su afilado morro. La verdad es que he visto pocos señuelos, que imite tan bien, a un pez huyendo a toda velocidad. A baja velocidad también es atractivo, pero la mayoría de picadas han sido dándole rápido. Además incorpora una capacidad extra a este movimiento, que es el S-curve. Esta capacidad, consiste en sumergirse los metros que deseemos durante la recogida si damos un enérgico golpe de puntera hacia el suelo, forzando al señuelo a sumergirse de cabeza en el agua. Si continuamos recogiendo sin dar golpes de puntera, mantendremos el señuelo nadando por debajo de la superficie como si de un minnow se tratara, haciéndose visible a larga distancia dentro del agua durante el recorrido, para volver a subir a la superficie en el momento en que subamos un poco la puntera de la caña o bajemos la velocidad de recogida, para seguir con el WTD.


Este Palometón, me regaló un picada de infarto. Hacía dos minutos que un Tallahams había fallado el ataque, dejándome con la miel en los labios. Dos lances después, a medio lance, dos Palometones, aparecieron como una exhalación, moviéndose eléctricamente detrás del señuelo. Después de acecharlo un par de segundos, el más pequeño de los dos, atacó con decisión, proporcionándome un subidón impresionante, al poder ver el acecho y ataque en directo. Es la magia del Top Water.

El precio de este artificial, es bastante alto para venir sin anzuelos, rondando los 25-30€ en España (menos si lo compráis fuera), aunque no están mal invertidos. Es un señuelo de calidad y si no se lo lleva ningún depredador, nos puede dar muchas picadas y horas de diversión antes de romperse. En cuanto al tema de los anzuelos, no va a ser del todo malo que venga sin ellos, pues muchas veces nos quejamos de los anzuelos o anillas de poca calidad que traen algunos señuelos. Así que, en este, voy a poner unos buenos, ¡acorde a las capacidades del señuelo!


Optaremos por triples reforzados, de medida 1/0. Ya sabemos, que las medidas pueden variar un poco, dependiendo de la marca o modelo de los triples, pero, alrededor de esa medida irán bien con este señuelo. En mi caso, opté por unos triples de la reputada marca SHOUT!, concrétamente el modelo 221-CS, en la medida 1/0. Unos de los anzuelos más afilados y resistentes que he tenido y más que sobrados para los depredadores costeros. Quizás quedarían un poco cortos con alguna pieza como un Atún, teniendo que utilizar para ello, los 231-CS. Si no, para eso ya tenemos el Rough Trail Aomasa 148S, armado con unos potentes simples, que sería el que usaría para Atunes llegado el momento.

La medida de 148mm y su rechoncho cuerpo, evitarán que la mayoría de peces lo engullan por completo. En el lance no se defiende mal, aunque, su característica de cuerpo rechoncho y ausencia de sistema de transferencia de peso, no le beneficia en este aspecto y lo deja un paso por detrás de otros paseantes o pencil poppers de lineas más afiladas, y a consecuencia más lanzadores. Aún así, tiene el peso localizado en la cola, en forma de plomo de pera y lanza más que suficiente para llegar a nuestras presas habituales.


Su medida, peso y forma, no me hacen pensar que necesite un señuelo más grande o pesado, aunque ya han sacado la version 188mm, de 68gr en versión Floating y 100gr en versión Sinking, una bestialidad de señuelo, más apto para aguas tropicales. Bajo mi punto de vista, el vacío lo encuentro por falta de otras versiones menores. Ojeando mi caja de señuelos de Light Spinning, no he encontrado ninguno que tenga la acción tan concreta que presenta este señuelo. Desde aquí, quisiera mandar una sugerencia a DUO, ¿para cuando una versión de unos 90 o 100mm y unos 15-18gr de peso? Creo que sería muy efectivo usado a spinning ligero, con peces juveniles de especies mayores o de otras especies menores, que son muy selectivas con el tamaño de sus presas y que no entran ahora al 148mm, por ser demasiado grande. Ahí lo dejo...


Ya sabéis, siempre que sea posible, ¡Catch and Release! El mar os devolverá el favor...

¡Un abrazo, buen año y buena pesca!

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Noruega 2016 - Aurora Boreal y Pesca - Parte 5: Último asalto al Halibut


El viaje estaba tocando a su fin. Amanecía, muy nublado y lloviendo a ratos, anticipando el mal tiempo que se preveía para los siguientes días. En este último día de pesca, había un objetivo claro, intentar sacar un Halibut del agua. Ya daba igual el tamaño, el como, ni el donde.

De nuevo, gracias a la paciencia de mi pareja (no debe ser fácil mirar el paisaje durante 8 horas, mientras tu pescas), iba a poder disfrutar de un último asalto al Halibut. Navegaríamos unos 40 minutos, hasta las cercanías de mar abierto y probaríamos suerte en una zona donde se han sacado Halibuts de récord, de más de 200kg. Tantearíamos toda la zona de Kvaløyvågen, una zona de contrastes, con zonas muy someras de fondo de arena y algas, y otras zonas abisales de más de 100 metros de profundidad.


La zona ideal hubiera sido Skarsfjord, que según el dueño de la tienda, es donde más cantidad de Halibuts salen, aunque por desgracia, era demasiado rato de navegación, tardando hasta una hora y media en el caso de haber ido. Además, aunque había buena mar, el día estaba muy feo y era imposible predecir un cambio en este clima que no conocíamos y que de repente nos cayera la tormenta del siglo. Ya estábamos arriesgando demasiado, cosa que hay que evitar en el mar.


Para variar, en la franja de 0 a 25 metros, los bancos de pequeños Bacalaos, se cebaban sobre el señuelo cada vez que caía hacia el fondo, dificultando muchísimo la pesca de otra especie. Como el resto de días, dejabas caer el señuelo hacia el fondo y nada más cerrar el pick-up, ya tenías uno clavado. Diversión non stop. La sonda nos chivaba la gran actividad que había bajo la barca.

Para dificultar aún más que el señuelo acabara siendo mordido por un Halibut, hay que tener en cuenta que los Halibuts, pasan gran parte del tiempo tumbados en el fondo y no necesitan comer cada día. Por lo que me comentaron, hay veces que se pasan algunas semanas tumbados en el mismo sitio, sin atacar a las presas que les pasen por delante, y por descontado que pasa lo mismo con los señuelos. No me quiero imaginar el señuelo, pasando por delante de un Halibut XXL con poca hambre... Por suerte no vemos debajo del agua, si no, más de una vez nos desesperaríamos.


Entre la gran mayoría de Bacalaos de 1 o 2 kg, había algunos bastante dignos, que daban una buena batalla, como el de la foto que encabeza el post, de un tono un poco peculiar, ya que no capturé muchos tan oscuros. O como el de la foto inferior, que en cuanto a longitud, fue el más grande que pesqué en el viaje. Lástima que era un cadáver viviente. De no haber sido por estar enfermo o consumido por los parásitos, seguro que hubiera sido el más pesado también. Podéis apreciar unos cuantos parásitos de los que os hablé en el costado inferior de la cabeza.


Durante las horas que estuve por Kvaløyvågen, intenté compaginar las horas de pesca en poco calado, con las de pesca en profundidad, aunque había veces que costaba mantenerse en las marcas. Te situabas en una zona de 30 metros y dejabas caer el señuelo. Después de unos minutos, con unos cuantos lances y capturas, empezabas a notar que el señuelo tardaba mucho en tocar fondo. Al mirar la sonda, te dabas cuenta, de que la corriente te había situado en una marca de 150 metros de profundidad. Esta era una zona treméndamente escarpada, con auténticos valles submarinos y caídas verticales hacia el fondo. Seguro que insistiendo algunos días, podía haber salido alguna sorpresa importante.


La corriente nos llevaba hacia mar abierto y entre lance y lance, vimos a nuestras amigas las Marsopas una vez más. Ya había consumido casi toda la jornada, cuando estaba pescando en un fondo de 40 metros, justo en el circulo que veis sobre el mapa del principio del post, cuando una de las picadas me pareció diferente a las demás, ya conocía a mi adversario, aunque por desgracia, no estiraba lo que yo desearía.

Después de un pequeño tira y afloja, emergió a la superficie un pequeño Halibut, y como no, venía clavado por el labio inferior, como los anteriores que había perdido. Esta vez, al ver lo pequeño que era, decidí jugármela y levantarlo del hilo. El labio aguantó y pude subirlo a la barca, soltándose el señuelo por si solo nada más ponerlo en seco.


Aún tratándose de un pequeño Halibut, pues rondaría los 2 kg, la alegría fue máxima. Ya pensaba que no podría observar en directo su precioso colorido de camuflaje y hacerlo posar para la foto. En este caso, importaba más el objetivo que otra cosa. Por suerte, esta vez funcionó un dicho que tiene mucha importancia en esto de la pesca, el que la sigue la consigue. En la foto se aprecia como se rompió la parte del labio por la que venía clavado. Tras unas fotos rápidas, fue devuelto al mar.

Después de conseguir esta captura, estuve pescando la zona un rato más, por si aparecía la parejita o la madre... Por desgracia no fue así y con mi pareja un poco cansada, después de aguantar heroicamente unas 7 horas de pesca bajo la lluvia, decidí poner punto y final a esta salida y retomar el largo viaje de vuelta.


Una vez finalizada la jornada y sabiendo que ya no volvería a tener un lance más en busca de la captura soñada,  quedé un poco tocado emocionalmente en cuando a pesca se refiere, por no haber podido sacar ningún Halibut digno del agua, aunque pensándolo fríamente, es un poco complicado ir a pescar tres días a un sitio desconocido, con pocos medios y querer marcarte un hat trick de película. Así que viéndolo en la distancia, estoy más que satisfecho.

Durante esa tarde, el tiempo fue empeorando y no pude ni bajar a echar unos lances de despedida al muelle. El viento empezó a enfurecerse, y mientras llovía, ese mar de aguas cristalinas, se había picado y oscurecido. Acabamos el día mirando por la ventana como había cambiado el panorama, mientras nos recuperábamos del frío y humedad que nos había calado en la jornada de pesca.


La temporada lluviosa que tanto se había hecho de rogar, había llegado con toda su fuerza. Un ambiente oscuro se apoderó del lugar, seguramente para no ver el sol en meses, lloviendo a diario casi sin parar, sin poder ver Auroras ni poder salir a pescar, como mínimo cómodamente. Nos esperaba un turbulento viaje de vuelta a casa...


Hasta aquí dio de sí, este viaje por Noruega. Nos marchamos convencidos de la gran suerte que tuvimos, de que el tiempo aguantara en inmejorables condiciones hasta el último día, y haber podido ver este precioso lugar en su esplendor. Espero poder repetirlo algún día y tener en mis manos un Halibut como dios manda. Mientras tanto, seguiré recordando estos días geniales, con la gran suerte de haber podido ver la Aurora cuatro veces, de una naturaleza y paz sin igual y la gran diversión que me brindaron los Bacalaos y el esquivo Halibut.


¡Un abrazo y buena pesca!

viernes, 9 de diciembre de 2016

Noruega 2016 - Aurora Boreal y Pesca - Parte 4: Visita a Tromsø y pesca desde orilla



Empezaba un nuevo y apacible día, aunque un poco nublado. Hoy tocaba hacer un poco de turismo y pesca desde el muelle. El sitio elegido para hacer turismo fue Tromsø, la ciudad más grande de la zona, a la que solo se puede llegar en barco desde nuestra posición, ya que el fiordo en el que nos encontramos, es una isla. Ese barco, solo para dos veces por semana, los martes y los jueves, saliendo alrededor de las 9 de la mañana y volviendo alrededor de las 16:00 de la tarde. El barco se coge en Finkroken, que a 10 minutos andando, es el pueblo más cercano al complejo de casas. Llegamos a la hora marcada y por descontado, fuimos los únicos que lo cogimos, ya que como veis, no hay mucha gente en el pueblo. Casi todos los pueblos del mapa que habéis visto en entradas anteriores, son así.


Al llegar a Tromsø, "casualmente" no tardé mucho en cruzarme con una tienda de pesca... jajaja Tenía curiosidad por ver que tenían en las tiendas de la zona y de paso, preguntar algunos consejos para un novato en la zona. Ya que no podía visitar todas las que había, la tienda elegida fue Andresens Vaabenforretning, parecía la mejor de las que pude encontrar tras una rápida batida en Google. La tienda era mitad de caza y mitad de pesca.

Para ser una tienda tipo armería de las de toda la vida, estaba bastante especializada. De caza no entiendo, pero la sección de pesca, estaba muy completa, abarcando desde pesca con mosca y pequeños señuelos para truchas, hasta pesca casi abisal con jigs y vinilos XXL. Lo que no abundaba para nada, eran los minnows. Yo creo, que en un sitio con tanto calado, no son tan útiles como los jigs y vinilos, aunque seguro que se les podría sacar partido.


Casi todo lo que tenían, eran moscas y material para su confección, jigs, cucharillas, vinilos con cabeza plomada y metralletas, eso si, con muchos modelos de cada cosa. Hablé un poco con el dueño de la tienda y le expliqué mis problemas con los Halibuts, tanto con los señuelos que no conseguían tragar, como con la ubicación. Muy amablemente, me dio indicaciones para ir, a la que para él, era la mejor zona, aunque quedaba un poco apartada de donde estábamos, más o menos a 90 minutos en barca. Si no era posible ir a esa, había otra zona a unos 45 minutos. Esa sería la más accesible y la que seguramente podría probar.


También me preguntó que como pescaba, se lo expliqué y le pareció bien. También hablamos de que equipo y señuelos llevaba. Según él, debía llevar vinilos más grandes. Me recomendó algunos, aunque ya le advertí de que no podía manejar semejantes señuelos con una caña 20-60gr. Al decirle la acción, alucinó y me dijo que, que tamaño de Halibut pretendía sacar. Le dije que creía que sería capaz de levantar alguno de entre 0 y 20kg, le pareció correcto, pero me dijo; "¿Sabes que los Halibuts de 10kg comparten zona con los de 150kg? ¿Que harás como cojas uno de los segundos?" Nos echamos unas buenas risas... jajaja La conclusión fue, cuando veas que ya te falta media bobina de trenzado, corta el hilo si quieres poder pescar el resto del día y no quedarte sin todo el hilo.


Como podéis ver, se toman muy enserio lo de "Big lure, big fish", ya que tenían los señuelos más XXL que he visto en mi vida. Vinilos de 30cm con cabezas de 350gr y Jigs de 400, 700, 800 y 1000gr. Por ejemplo, el jig que tengo en la mano en la foto inferior, pesaba nada menos que 700gr y de la derecha, 1000gr, aunque por la forma que tiene, creo que ese era para curri. No me puedo imaginar una jornada de jigging con esos pesos, esta gente son Vikingos... jajajaja

Al margen de esto, creo que si quieres pescar los peces más grandes, es necesario usar señuelos XXL, dada la cantidad de peces pequeños (0 a 3kg) que hay, no dejan que otra cosa muerda el señuelo. Seguro que aún usando estos señuelos gigantes, los pequeños los siguen atacando, pero al menos, seguro que casi no se clavará ninguno, dejando que el señuelo pesque, para cuando llegue el pez grande.


Tras la fugaz visita a la tienda de pesca y unas horas de turismo por la ciudad, llegó la hora de comer. Después de mucho mirar, comimos en Bardus Bistro (http://www.bardus.no/), todo lo que habíamos leído eran buenas críticas. Como curiosidad, el plato de Fish Of The Day, era Redfish. Que mejor manera de probarlo que recién pescado. No defraudó para nada, un pez meloso y muy sabroso, con acompañamiento de verduras al vapor, algún tipo de vinagreta y frutos secos. De verdad, estaba muy muy bueno. Si alguna vez vais, no dejéis de probarlo.


Después de pasar un día en Tromsø, volvimos con el barco hacia Finkroken, donde aún podría pescar un par de horas desde el muelle. El sitio era comodísimo y como es de costumbre en estas aguas, la actividad no escaseaba. Mientras el señuelo caía hacia el fondo, ya noté como los pequeños Carboneros lo atacaban, aunque sin clavarse. Al tocar fondo, en un momento ya tenía una buena picada, que con la caña 10-30gr fue un disfrute.


Al poco rato de estar pescando, vimos en la lejanía algunos animales que nos costó identificar. Poco a poco se fueron acercando a nuestra posición y pudimos verlos bien. ¿Eran Delfines? Ni por asomo pensábamos que fuéramos a ver cetáceos. Un banco de unos 10 ejemplares de Marsopa Común (Phocoena Phocoena), pasaba a unos 20 metros de nosotros. Estos cetáceos, son parecidos a los Delfines que nosotros conocemos. Esta especie, crece entre los 1,4 m y 1,9 m. Las hembras, con un peso máximo de unos 76 kg, llegan a ser más grandes que los machos, que pesan alrededor de 60 kg. Está muy extendida en las aguas costeras más frías del Hemisferio Norte, principalmente en zonas con una temperatura media de alrededor de 15 °C. Durante el siguiente día de pesca en barca, las vimos otras dos veces. Un espectáculo extra que no imaginábamos.


Hablando del echo de ver cetáceos con los dueños de las casas, nos comentaron hay un tipo de turismo para cada época del año. Por ejemplo en verano, a parte de muchos pescadores, viene mucha gente que quiere observar Sperm Whales (Cachalotes), que se adentran en los fiordos para comer Herring (Arenque) en la época en que este pez pasto pasa por la zona. En otras zonas de Noruega, se pueden observar Killer Whales (Orcas Asesinas), durante el invierno. 

La pesca desde orilla estaba siendo buena, aunque entre picada y picada, perdí algunos vinilos, ya que por el fondo, pasan los cabos que van hasta las boyas que veis en la foto inferior. Aún así, la diversión supera a la pérdida de vinilos. En la foto inferior, una picada que acabaría con un Bacalao de 1-2kg en el muelle.


Como curiosidad, en una de las picadas, mientras pescaba con el equipo pesado, estaba subiendo a la superficie un Bacalao de alrededor de 1kg, cuando vi que detrás de él, venía un pequeño Halibut de unos 2kg lanzándole mordiscos a la cola, hasta que desistió y se marchó hacia el fondo de nuevo. Rápidamente, mi pareja lanzó con la 10-30gr en la dirección que había tomado el Halibut. El señuelo tocó fondo y tras dos vueltas de manivela, ya tenía un pez clavado. Empezó a subirlo con bastante dificultad. Al poco, nos dimos cuenta de que era el Halibut que había perseguido a mi Bacalao. Por desgracia, el pez empezó a nadar hacia el muelle, pasando por debajo del mismo y partiendo el trenzado de 0,10mm contra la madera. La inexperiencia de mi pareja y un equipo un tanto ligero para la captura y escenario, fueron factores determinantes. ¡Acabábamos de perder el tercer Halibut del viaje! Una pena, esto ya se convertía en algo personal. Ni los pequeños querían posar para la foto.


Al poco rato, empezó a oscurecer, al mismo tiempo que el cielo que había estado nublado durante todo el día, se iba abriendo. Con un poco de suerte, parecía que si acababa de abrirse y la Aurora aparecía, podríamos verla. Fuimos hacia la cabaña mirando en todas direcciones, pero sin resultado. Una vez en la cabaña, salíamos cada 5 minutos a ver si se veía algo. Una de esas veces, vimos una mancha blanca alargada sobre nuestras cabezas. Una posible Aurora se estaba formando. Poco a poco fue cogiendo fuerza, hasta que apareció por completo. 


Una vez más, teníamos el privilegio de ver la Aurora danzando sobre nuestras cabezas. La estuvimos viendo unos 5 minutos y decidimos entrar a abrigarnos, para continuar viéndola más cómodamente. No tardamos ni 3 minutos en abrigarnos y salir, pero cuando salimos, ya no estaba. Esta vez había sido más efímera que la anterior. Aguantamos un poco más por si aparecía de nuevo, pero no hubo suerte. Aquí pudimos comprobar como de impredecibles son, ya que parecía una Aurora potente y bien formada y se desvaneció tan rápido como apareció. Nos dimos cuenta de que la primera vez que la vimos durante una hora y media tuvimos mucha suerte.


Durante la noche, a sabiendas de que el cielo estaba despejado, nos fuimos levantando cada hora. A las 3 de la mañana, volvió a aparecer, con menos intensidad, pero perfectamente visible. Poniendo el broche de oro a este día.

Continuará...

¡Un abrazo y buena pesca!

jueves, 1 de diciembre de 2016

Noruega 2016 - Aurora Boreal y Pesca - Parte 3: Segundo día de pesca, en busca del Halibut


El día amanecía apacible, soleado, con ausencia de viento y mar planchado. Nosotros, un poco cansados, por todas las horas de pesca del día anterior y los despertares nocturnos para ver la Aurora, aunque muy contentos. Iba a empezar el segundo día de pesca en barca. Este día, tocaba poner en práctica los consejos recibidos e intentar hacerme con un Halibut. Después de mirar el mapa que nos habían proporcionado, decidimos que zonas pescar primero. Iríamos un poco al Norte, donde había alguna zona con unos arenales con el fondo cubierto parcialmente de algas. Según me comentaron, ese tipo de fondo, era el escenario ideal. Como podéis ver en la foto, esos arenales iban desde los 0 metros en la orilla, a unos 30 metros en la zona en la que el fondo cambio de claro a oscuro. A partir de ahí, ya nos pasábamos de profundidad.


Al llegar a unos 25 metros de fondo, apagamos el motor y empezamos la primera deriva. Nada más dejar caer los señuelos, recibimos una picada cada uno. Había mucha actividad, aunque para variar, eran Bacalaos. Era casi imposible no pescar uno en cada lance, cosa de la que me alegro, pues disfrutar de picada tras picada, es un placer que pocas veces se tiene en nuestras aguas. Lo malo, es que cuando intentas pescar otra cosa que no sean Bacalaos, se convierte en un problema, ya que interfieren hasta tal punto, que se puede volver molesto. Además, no se que tamaño de señuelo habría que poner para que no lo atacaran, pues hasta los bacalaos más pequeños, se tiraban a señuelos de 14cm.


Después de llevar pescando un par de horas y no parar de sacar Bacalao tras Bacalao, recibí una picada que me hizo dudar de lo que traía, pues no tiraba de la misma manera. Me costó despegarlo del fondo. O era un Bacalao gigante, o un posible Halibut. En vez de recibir una carrera potente para luego irse desinflando, recibí unos tirones muy continuos, como una locomotora, fuerza constante. Después de una bonita batalla, emergió a la superficie un Halibut, al que no se a ciencia cierta cuantos kilos echarle, pues no tengo ninguna referencia. Aproximadamente, rondaría los 4, 5 o 6 kg. Por las medidas que le comenté que tenía a los dueños de las casas, me dijeron que aproximadamente 6kg. Me cogió totalmente por sorpresa. No había valorado como cogerlo, la boca es extremadamente plana y cuesta meter el grip, además, si pretendes cogerlo con la mano (como intenté), se resbala. La historia tuvo un final triste. El Halibut venía pinchado de un minúsculo pellejo del labio superior, que tras la batalla, se había estirado hasta casi romperse. Con el forcejeo a pie de barca, se soltó y volvió nadando a toda prisa hacia el fondo. Había tenido mi pequeño trofeo a un paso. Un desastre...


Continué pescando en la misma zona, y cuando ya se me había pasado el cabreo que te da al perder tu captura deseada, otro Halibut atacaba el señuelo. Otra bonita batalla y gran alegría al ver que lo que emergía de las profundidades, era un deseado pez plano de medida similar al anterior y no un Bacalao más. Por desgracia, el final... ¡Idéntico! Esto ya parecía una broma de mal gusto. Otra vez clavado por un pellejo y se suelta a pie de barca... Parece que no eran capaces de engullir el señuelo y clavarse dentro de la boca o fallaban el ataque, aunque me sorprende que fuera la segunda opción, pues estaba haciendo recogidas muy lentas a ras de fondo. Los dos habían venido clavados por la piel del labio. Al venir calvados por un sitio tan débil, tampoco puedes coger el hilo e izarlos a la barca, ya que casi con total seguridad, también se soltarán.


Al no tener salabre y venir así del mal clavados, tenía todas las de perder. Supongo que me costaba cogerlos con el grip porque eran pequeños (en relación a lo que crecen). Seguramente con ejemplares de 20kg, se dispone de boca de sobra para agarrar bien con el grip. La única opción que tenía y que no iba a usar, era ese palo con un pincho que veis en la foto de arriba. Los dueños de la casa me dijeron, si pescas un gran pez, ahí tienes con que subirlo... Ni me lo planteé, pues después de ganchearlo con semejante artilugio, no creo que sobreviviera, y no se que iba a hacer con 6 kg de Halibut para dos personas.

Abriendo un paréntesis en lo que a la jornada se refiere, creo que el gesto de la foto inferior, se debería ver más por estas latitudes. Por lo que me contó la gente con la que hablé, se hacen unas matanzas increíbles. Me comentaban, que la gente que salía en barca (sobretodo los que son de fuera y vienen a pasar unos días), cumplía el cupo diario, de unos 50kg si no recuerdo mal, volvían a tierra a vaciar la barca en unos arcones congelador y se hacían otra vez a la mar en busca de más, y eso contando que no eran profesionales. No se para que quieren tanto Bacalao. O lo venden ilegalmente o se pasan el año comiendo lo mismo. Es cierto que hay una gran cantidad de pescado, pero nada es infinito, si no que nos lo digan a los que vivimos a orillas del Mediterráneo, que hace unas décadas era un vergel y ahora es un desierto...


Durante el resto de jornada, no volvió a picar ningún Halibut, y no será por que no machamos la zona a conciencia. Después de dejar estar la zona inicial, nos dirigimos a una zona de 50-60 metros de profundidad, con la idea de cambiar un poco de aires y descansar de tanto Bacalao excitado. Se que puede parecer raro o desagradecido, pero es que teníamos que descansar un poco, esto ya no era pesca, era gimnasio... jajaja Aquí no habría tantas picadas, pudiendo relajarnos, y si picaba algo puede que fuera grande. A los pocos lances, mi pareja tubo una picada que parecía ser de un pequeño Bacalao, pero en vez de eso, una bonita sorpresa, un pequeño Redfish emergía de las profundidades, para dar un bonito toque de color a la jornada. El nombre es muy obvio, literalmente Pez Rojo. Especie nueva y preciosa, la foto no le hace justicia. El Redfish es un pez muy apreciado gastrónomicamente hablando. Este, fue desanzuelado rápidamente y devuelto al agua. Solo tengo una foto de este pez y no me queda otra que ponerla así, ya que mi pareja no quiere aparecer en el Blog, cosa totalmente respetable. 


Después de relajarnos un rato en la zona profunda, obteniendo menos picadas, volvimos a otra zona de unos 30 metros. El día continuó como había empezado, con muchísima actividad. Cada ciertas picadas de Bacalao de tamaño estándar, salían algunos bastante buenos. Este de la foto inferior, lo sacó mi pareja con la caña ligera, de acción 10-30gr y trenzado de 0,10mm en la bobina, una batalla para recordar, puso el equipo al límite, pero respondió muy bien. Por suerte, este fondo no está repleto de enganches, y aunque el pez te domine un poco en la primera mitad de batalla, hay altas probabilidades de salir airoso. Si tienes un poco controlado cual es el tamaño habitual de los peces, se puede pescar bastante ligero. En esta foto se pueden apreciar los dientes, con los cuales hay que tener especial cuidado.


Después de tener tantos Bacalaos en las manos (habremos sacado 100 o 200 en todo en viaje, imposible llevar la cuenta), he podido comprobar que casi todos tienen parásitos. No es un hecho aislado. Si os fijáis en la siguiente foto, entre la cabeza y la aleta dorsal, se ven un par de puntos rojos/rosados. Son unos parásitos que tienen en las branquias. En esta foto solo se ven dos, pero tienen decenas. Al sacar el pez del agua, empiezan a desprenderse, supongo que como método de defensa, para ir en busca de un nuevo huésped, quedando esparcidos por el cuerpo del Bacalao y el suelo de la barca. Aún así, la mayoría de peces tenían un aspecto espléndido. No se si es que son muy resistentes o que estos parásitos no son muy dañinos.


Me ha sorprendido que en estas frías aguas, los peces tengan tantos parásitos, pero me ha sorprendido aún más, la cantidad de medusas que hay. Había cientos y cientos. Si mirabas a tu alrededor, siempre veías alguna. Además, había veces que pasaban bancos enteros, llevados por la corriente de la marea. Las había como las de aquí con tentáculos largos, pero también de las de aspecto abisal, de todas las formas y colores. Desde un marrón o amarillento, a blancas, lilosas, azuladas... 

El día de pesca tocaba a su fin, las últimas capturas subían a bordo y había que volver al muelle una media hora antes de que anocheciera. Era lo pactado con los dueños, ya que la barca no tiene luces para salir de noche, además, si no volvías o había algún problema, aún había media hora de luz para que te encontraran.


Ya en tierra, un precioso atardecer ponía punto y final a otra divertida jornada. Por hoy, el Halibut volvía a esquivarnos. Habría que intentarlo por última vez al cabo de dos días, ya que al día siguiente, tocaba visita a Tromsø y un poco de pesca desde tierra al acabar el día.


Al llegar a la cabaña y ponernos cómodos, empezó a oscurecer. Tocaba "pescar" Auroras. Durante toda la noche, nos asomamos varias veces a intentar verla, pero un cielo de nubes infranqueables, nos lo impidió cada vez que lo intentamos.

Continuará...

¡Un abrazo y buena pesca!

sábado, 26 de noviembre de 2016

Noruega 2016 - Aurora Boreal y Pesca - Parte 2: Descubriendo la pesca y la Aurora


Después de una noche despertándonos cada hora para intentar ver la Aurora, estábamos un poco cansados, pero eso quedaba en segundo plano, eclipsado por el precioso día que empezaba. Un ambiente soleado, sin viento y en total silencio, invitaba a coger una barca y adentrarse en estas frías aguas, para dar los primeros pasos en esta aventura de pesca y descubrir cada precioso rincón que estas tierras ofrecen. Esta ha sido mi primera incursión en aguas noruegas y he intentado acertar con el material de pesca lo mejor que he podido, leyendo por internet y preguntando a gente que ya ha viajado. Desde aquí quiero mandar un saludo y agradecimiento a Antonio Pradillo, al cual pregunté a través de su blog y me contestó aclarándome muchas dudas.

En los anteriores viajes de pesca que he hecho por aguas Mediterráneas, Cantábricas y Atlánticas, me he llevado mis equipos de pesca habituales, que son cañas de 2 tramos, teniendo que facturarlas para viajar en avión. La verdad es que ya estaba un poco cansado de gastarme unos 90 o 100€ entre ida y vuelta facturando equipaje especial. Con el dinero gastado en estos últimos años, ya podría haberme comprado algunas cañas travel que podría llevar en la maleta, así que tras mucho mirar, me decidí a comprar dos cañas travel, que podría usar, en este y futuros viajes.


He elegido dos cañas con acciones diferentes y siempre pensando en poder darle uso en un futuro, la mayoría de veces, en viajes por aguas españolas. Una ligera y una heavy, ambas en 4 tramos. La ligera, es una caña de la marca francesa VØLKIËN SOUL, concretamente la Nitrix Dä Mätka 70H, de 2,10m y acción 10-30gr y la heavy es la DAIWA Powermesh Travel 244HAF, de 2,44m y acción 20-60gr. La intención, era poder tener como mínimo dos opciones según los peces o pesqueros que se presentaran. La pesca que iba a realizar, era en su mayoría vertical, pudiendo haber afinado un poco más comprando cañas específicas de Jigging o Slow Jigging y no estas de Spinning, pero como ya he dicho, debía tener muy en cuenta que se pudieran usar en un futuro. La verdad, es que estas fueron comodísimas y dieron la talla en todo momento.

En cuanto a carretes, elegí dos de mis carretes de Spinning habituales. A la caña ligera, le acompañó un Shimano Stradic Ci4+ 2500FA, cargado con Power Pro del 0,10mm y bajo del 0,50mm. La caña heavy, fue emparejada con un Shimano Twin Power SW 6000HG, cargado de Power Pro de 0,19mm y bajo del 0,70mm.


En la caja de señuelos, lo principal iban a ser los vinilos, para ser trabajados lentamente a ras de fondo. No haría falta llevar mucha variedad ni cantidad, pues por lo que me comentaron, no se perdían muchos. Interesaba que los vinilos se movieran mucho a baja velocidad, por lo cual, los elegidos fueron los SAVAGE GEAR Curl Tail, que mueven la cola sin parar, aún recogiéndolos a muy poca velocidad. Los de 7cm para la caña ligera y los de 14cm para la caña heavy. Elegí tan solo dos colores, el Baby Mack y el Pearl Silver. Así pues, con 2 paquetes de los pequeños y 4 de los grandes, pasaría todo el viaje. Igualmente, me llevé un puñado de jigs y algún bucktail para salir del apuro si fuera necesario.

En cuanto a cabezas plomadas, optaría por las de la marca Caperlan, que son más económicas que las de Savage Gear e igual de fiables, aunque no igual de bonitas. No me merecía la pena gastarme mucho dinero en cabezas, ya que no suelo pescar mucho con vinilos en mi día a día y seguramente de lo que más iba a perder en el viaje, serían vinilos, destrozados a mordiscos. Para el vinilo de 7cm, elegí la CAPERLAN Mogami Jighead de 15gr y para los de 14cm, la CAPERLAN Biga Jighead en 40 y 60gr por si necesitara un poco más de lastre para tocar fondo, ya que no sabía que me podía encontrar. Además, por si fuera necesario, me llevé unos cuantos plomos de 50 y 100gr, que añadiría en la grapa del señuelo, si con la cabeza de 60gr no fuera capaz de tocar fondo. Por suerte no hubo que usarlos.


Una vez en la barca, nos dirigimos a la profundidad de 20-30 metros, que según nos dijeron, era en la que más actividad había en esos momentos y dejamos caer los señuelos. La sonda no marcaba peces, pero no habían pasado ni dos lances, cuando recibí el primer ataque. En un minuto, emergió de las profundidades un pequeño pez con piel de Leopardo, ¡mi primer Bacalao! Un pez de precioso colorido, que me hizo mucha ilusión poder contemplar en persona. Es una bonita sensación, poder contemplar uno de esos peces que siempre has visto en foto. No me puedo imaginar lo que puede ser viajar al trópico y pescar tu primer GT, pensar en pesca a nivel mundial es muy excitante, pero volvamos a Noruega.

El día iba avanzando y poco a poco nos íbamos familiarizando con las zonas donde había más posibilidad de conseguir capturas, que tipo de recogidas nos estaban dando más resultados, etc. De momento todo estaba saliendo a la perfección, con una toma de contacto muy entretenida. Los vinilos pescaban y las cañas se portaban bien. Yo estaba pescando con el equipo pesado y mi pareja con la caña ligera, disfrutando a tope las capturas.


Había muy poca corriente y los señuelos llegaban perfectamente al fondo y se mantenían allí. Mi pareja incluso tocaba fondo con el Curl Tail de 7cm y la cabeza de 15gr en fondos de 50 y 60 metros. Las recogidas que más picadas daban, era arrastrar lentamente el vinilo por el fondo, con unos dientes de sierra a baja velocidad, o simplemente, lanzando lejos de la barca, como si pescaras a Spinning, y una vez el señuelo tocaba fondo, traerlo en recogida lineal lentamente a ras del mismo.

Pocas veces he disfrutado tanto y tan cómodamente sobre una barca. Las picadas no paraban de sucederse. El agua estaba como una balsa, parecía más un lago que el mar y la barca ni se movía. No se oía ni un ruido, ni apenas pasaba una barca en la lejanía cada dos horas. Me atrevo a decir que es uno de los pocos sitios donde he estado, en el que realmente se respiraba paz. Además, acompañado del bienestar que produce el respirar un aire puro como el que hay allí, hacía que no quisieras que ese instante acabara nunca. Por suerte, aún disfrutaría de dos días más de pesca en barca.


Como ya os he dicho, llevaba los carretes armados con bajo bastante gruesos, del 0,50mm y del 0,70mm, ya que los Bacalaos, a pesar de no ser Tallahams, tienen unos dientes con los que conviene tener precauciones, tanto para que no corten el bajo fácilmente, como para no resultar heridos y echar al traste el viaje. Llevar un grip y unos alicates para manejar y desanzuelar es primordial. Sobre todo si vais a pescar con los señuelos pequeños. Por suerte, la mayoría de veces,  vienen clavados por la comisura de la boca o en la parte externa de la misma, ya que las cabezas plomadas van armadas con un anzuelo simple, pero con la caña ligera hay veces en las que incluso los pequeños, engullían el señuelo por completo.


Estos peces, a pesar de no tener un aspecto feroz, son unos grandes depredadores, tienen unos ojos bien desarrollados, van armados con buenos dientes y unas protuberancias en la barbilla y las aletas ventrales, que les proporcionan una percepción añadida en zonas oscuras o turbias, donde no hay suficiente con la vista y la banda lateral. Además, cuando estás manipulándolos, puedes sentir que tienen bastante fuerza.

Como muchos otros peces, cuando el Bacalao se siente preso del señuelo, regurgita el contenido del estómago, para librarse de la posible caus, del mal estar que está sintiendo. La mayoría de ellos, regurgitaban Carboneros de unos 15cm y otros peces sin identificar, en avanzado estado de descomposición. Parece ser que en Otoño, ellos son la presa habitual. La verdad es que el tamaño y forma de estos peces, se parece bastante al del Curl Tail de 14cm, al cual se tiraban sin compasión.


A lo largo del primer día, fuimos viendo que la actividad descendía mucho a partir de los  40 metros, así que no le dedicamos mucho tiempo, centrándonos en las zonas menos profundas, donde la sonda siempre marcaba pescado. Aún así hicimos alguna pasada y lances en fondos de 70 y 100 metros, ya que nos dijeron que si en algún sitio podía salir un monstruo, sería ahí. Lo malo es que tampoco se a ciencia cierta si tenía equipo suficiente para pelear según que peces...

En cambio, entre 0 y 50 metros, cuando encontrabas una zona caliente, recibías una picada en cada lance, la mayoría de las veces, cerrabas el pick-up y ya tenías uno clavado, fueron unas horas divertidísimas y con dobletes constantes, teniendo que desanzuelar dos peces de cada vez, el de mi pareja y el mio.


La talla habitual de los Bacalaos era de entre 0 y 3kg. No son unos peces de combates con largas carreras, pero si tienen un picada potente, se asemejaría a una Lubina, dando esa buena clavada al principio con unos buenos cabezazos, para poco a poco irse desinflando.

La verdad es que me sorprendió el potente mordisco inicial, incluso el de los más pequeños, eso si, un poco más exagerado por pescar en vertical y a bastante profundidad, modalidad en que toda picada se magnifica. Cuando picaba uno de los gordos, te costaba lo tuyo separarlo del fondo. Por suerte, no llevaba un equipo muy pasado de vueltas y los disfrutaba a base de bien y con un poco de seguridad por si entraba algo más grande.


El Bacalao, es un pez muy resistente y que tolera muy bien los cambios de presión. Durante la ascensión, la descompresión les hacia excretar y salían con el orificio anal visiblemente abultado, como podéis ver en la foto inferior, pero en ningún caso, salió ninguno con la vejiga saliendo por la boca, ni desfallecido. Todos los Bacalaos capturados fueron devueltos perfectamente y volvieron nadando por sus propios medios hacia el fondo, incluso alguno sacado desde los 40-50 metros. Decidimos quedarnos uno de alrededor de 1 kg, para cenar una noche. La verdad es que la carne no tenía un gran sabor, pero si era de una textura muy suave y jugosa, es un pescado al que añadirle sabor con el resto de ingredientes que componen el plato. Había sido un día genial, con decenas y decenas de capturas. Pocas veces me he divertido así.


El primer día de pesca pasó y no tuve ninguna picada de Halibut, o algo fallaba o simplemente era cuestión de mala suerte. De cara al siguiente día, hablé con Per, el propietario de las casas y gran pescador, conocedor de estas aguas como la palma de su mano. Desde aquí, un abrazo y gracias por todo, tuviste mucha paciencia conmigo... jajaja Le explique como pescaba, por donde me movía, etc y le pregunté que podía hacer para conseguir algún Halibut.

Me comentó que en esta época del año, debía buscar fondos de arena, alrededor de 20 o 30 metros y pescar rascando fondo en todo momento. Me dijo una y otra vez, que debería poner vinilos aún más grandes que los que llevaba y no paraba de repetirme, "big lure, big fish", en eso ya no había remedio, pues no había donde ir a comprar, pero si que haría todo lo posible por encontrar esos fondos de arena y echarle horas. Así pues, me dio unas indicaciones de por que zona ir. Tomé buena nota y nos retiramos a la cabaña en modo Chasing Lights.

Era pleno atardecer y el cielo estaba despejado, todo apuntaba a que si la Aurora aparecía, hoy podríamos tener las condiciones climatológicas de nuestro lado. Se hizo de noche y empezamos a ver las estrellas, muy buena señal. Mirábamos el cielo en todas direcciones, hasta que en el horizonte, empezó a apreciarse un tipo de neblina extraña. Nos habían comentado, que las Auroras, no se forman como las vemos en las fotos desde un inicio, si no que empiezan pareciendo como una nebulosa blanquecina hasta que poco a poco, van creciendo y moviéndose, hasta acabar cogiendo ese color verde tan característico.


Dicho y hecho, esa especie de nube blanquecina, fue intensificando sus colores, hasta convertirse en la preciosa Aurora Boreal de la foto de arriba. Durante la siguiente hora y media, asistimos atónitos al que para mi es uno de los espectáculos más sublimes y a la vez surrealistas, que la naturaleza puede ofrecer. Desde pequeño, había visto fotos e información acerca de este fenómeno y siempre he tenido en la cabeza el deseo de poder presenciarlo un día u otro, los sueños están para cumplirlos. La verdad que fue un sueño poder presenciarlo. Un momento que recordaré el resto de mi vida y que mejor, que junto a mi pareja. Es una pena no haber podido hacer unas fotos de más calidad. En su día, estuvimos informándonos de como fotografiarla lo más decentemente posible y es muy difícil conseguir esas fotografías perfectas de postal. Además, si consigues ver la Aurora, no sabes si durará un minuto o tres horas, y no merece mucho la pena desperdiciar ese instante, mirando una pantalla, disfruta el momento. Nosotros hicimos las fotos con el simple modo noche.


La Aurora Boreal, se ve verde habitualmente, pero dependiendo de la intensidad (la cual puede variar en un segundo), se puede apreciar de diferentes colores o combinaciones con los colores verde, rojo y blanco. Esto se debe, a que cuando la Aurora es más potente, atraviesa diferentes capas de la atmósfera, reaccionando con cada uno de esos colores en cada capa. En la foto de arriba, podéis observar uno de los momento más espectaculares que pudimos ver, ya que en un instante, la Aurora pasó de estar en su totalidad, de un color verde intenso, a dar un rápido fogonazo y ver tonos de los tres colores, señal de que en ese instante, la radiación era fuerte y estaba atravesando 3 capas de la atmósfera. Al ver que la Aurora duraba y duraba, decidimos hacer alguna foto un poco más artística, como esta de debajo en la que se ve mi silueta con la Aurora de fondo en el cielo.


Esta Aurora duró una hora y media aproximadamente, pero tal cual vino, desapareció. Fue apagándose hasta convertirse de nuevo en una neblina blanca que también desapareció. Aún así, la noche seguía despejada y decidimos darlo todo y volver a levantarnos cada hora. Tras sonar la alarma de las 3 de la mañana, nos asomamos y allí estaba de nuevo, no con la misma intensidad, pero perfecta, otra vez, haciéndonos disfrutar de su danza sobre nuestras cabezas, pudimos disfrutarla otra media hora, hasta que volvió a desvanecerse, poniendo fin a un día y noche de ensueño.

Continuará...

¡Un abrazo y buena pesca!